“El gusto está echo de mil repulsiones”

Paul Ambroise Valéry (1871-1945). Escritor francés

 

Los 7 Pecados Capitales:

Carne Hembra (La Gula)

Lo difícil se vuelve fácil, más cuando sale de la boca y en cada bocado tengo más hambre, devora una y otra vez, traga que el tiempo paga.

Sin embargo en mí profundo apetito todo se mira normal, según me convenga, por ello mirar a una Trans como una mujer es de lo más normal, el ojo engaña y las ansias ganan.

La gula es abundancia, todo lo degusto y me gusta, todo lo pruebo, lo chupo, lo saboreo, me ingiero el universo lo bebo para mí.

¡¡Te veo mujer!!, te trato como mujer, ¿Y sí es tan fácil con solo decirlo, por que resulta tan difícil hacerlo?, ¿para que tanta inversión?,¿para que tanto lujo? ¡¡tanta operación!! y esfuerzo realizado, para que todo quede de lado y termine yo, siendo el hombre en la cama.

Del común denominador el “Open mind”, tolera pero no acepta; la sociedad es tolerante pero no da derechos sin reproches ó sin cuestiones y la cuestión aquí es, te veo como mujer pero no te presento como mi “mujer”

En mí tentación de caer en los placeres, no me importa el pecado ni la soberbia de mi moral, mi mujer de papalote (la que me divierte) es aquella que solo la divide un delgado hilo, la del engaño (la que si parece mujer, la que se mira perfecta, mi gourmet) y la que solo yo conozco ( la que en mi cama y en mis cuatro placeres se que no es mujer, pero tiene lo que me apetece).

Dónde encaja la mujer Trans para mi sociedad, para mi familia, para mi nueva vida heterosexual, si ella alimenta mis ojos, yo me como la moral, me mastico el que dirán, me degluto el orgullo, alimento mi vacío.

Antojos los que miro pasearse entre luces de colores, las que se exhiben en esta cajita de bombones, las que se vuelven gula, antojo de decirte mi mujer, mi gourmet de cariños, el antojo de mis noches.

Los platillos caros son los que se venden y disfrutas, reniegas sí son mal servidos y te engolosinas si eran lo que esperabas, terminas por vomitarlos, para darle entender al mundillo que te lo has tragado y vuelves a comer de el.

Y existe el platillo que alimenta , el que en cada encuentro apeteces más, el que disfrutas en cada mordida, el que te comes sin culpa alguna, el que te deja satisfecho, el que nutre mas allá del cuerpo.

…Así continuare alimentándome hasta el día de mi muerte, conformándome con la entrada, abriéndome el apetito ó anhelando mi platillo principal, y el postre que no se si ya llego o esta todavía por venir. !!Bienvenidos, la mesa esta servida¡¡ Bon appetit.

Zitadina


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