"El matrimonio, es la principal causa de divorcio". Groucho Marx (1890-1977) Actor estadounidense. Matreum Muniens El amor es una costumbre que comienza con el matrimonio, y probablemente se confirma con el pasar de los años. No es de extrañar que a inicios de este año 2017 en la Ciudad de México, se decrete constitucionalmente el matrimonio entre personas del mismo sexo y todo lo que eso implique, ya que por varios años (desde 1997) el colectivo LGBTTTIQ ha luchado por su igualdad ante la sociedad hetero -normativa a aparecer ante la ley mexicana con todos sus respectivos derechos y obligaciones. No me extraña que todo lo bueno se manche de normal. A pesar de haber vivido en la cultura de: "hasta que la muerte nos separe", y como tal, ese ejemplo siempre lo tuve; no creo en el matrimonio. Ese afán que siempre ha tenido la comunidad LGBTTTIQ por encajar a fuerza en la sociedad heterosexual a un grado de parecer una copia barata del mismo me parece enfermizo, si bien para los heteros el matrimonio en un 90% ha sido un mal necesario (y fallido) nada garantiza que del otro lado funcione mejor. Si en los terrenos de lo legal, donde se supone que se cobija al ser humano muy independientemente de su sexo - genérico fuera real, no se necesitarían hacer leyes para validar esas mismas leyes, lo cual confirma que el ciudadano común es en su mayoría complicado, voluble y estúpido. ¿Quién desea casarse en estos tiempos? Pues bien, las y los trans no están tan exentos de la cursilería que implica el enamoramiento, al grado de estrangularlo con el compromiso del matrimonio. Esto sin dudarlo viene de la carencia de amor y la poca aceptación que se tiene uno mismo cuando va descubriendo que se tienen gustos diferentes, es ahí donde surgen tantas dudas existenciales, e incluso sexuales, donde te cuestionas si enamorarte de alguien de tu propio sexo es lo correcto sintiéndote tu del otro sexo. Las carencias de amor en la gente Trans se despegan como cohetes y se afirman por la poca compresión de los demás. No es para dudar que cualquiera se termine enamorando de un cualquiera, y a su vez se quieran estrangular con el compromiso del matrimonio. Esta hipótesis no es tan alejada de la gente normal y heterosexual; si la mayoría hubiéramos crecido en un ambiente de amor y cariño sin duda no necesitaríamos de otros para ser feliz. Que sean pocas las parejas y las personas que duran en una relación solo nos dice que la unión no está hecha para todos, que ello requiera más que lo legal para hacerlo válido y sustentable es porque no cualquiera lo realiza con éxito. El verdadero matrimonio legal está más sustentado y creado a manera de interés social y económico que la típica historia de amor barato que nos han querido vender. Existen casos donde han heredado fortunas y bienes a personas ajenas y han procedido, así que lo legal es una manera más de sacar provecho del llamado "dinero rosa". Legalmente no necesito decir: "¡Te amo!" para que eso se vuelva válido, pero hay que gritárselo al mundo en un documento, un banquete o de alguna manera más fácil como Facebook. En este 2017 hay que ser la envidia de los demás. Zitadina@hotmail.com Twitter @zitadina

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                                   "El matrimonio, es la principal causa de divorcio".

Groucho Marx (1890-1977) Actor estadounidense.

 

 

 

Matreum Muniens

 

 

 

Matreum Muniens

 

El amor es una costumbre que comienza con el matrimonio, y probablemente se confirma con el pasar de los años. No es de extrañar que a inicios de este año 2017 en la Ciudad de México, se decrete constitucionalmente el matrimonio entre personas del mismo sexo y todo lo que eso implique, ya que por varios años (desde 1997) el colectivo LGBTTTIQ ha luchado por su igualdad ante la sociedad hetero -normativa a aparecer ante la ley mexicana con todos sus respectivos derechos y obligaciones. No me extraña que todo lo bueno se manche de normal.

A pesar de haber vivido en la cultura de: "hasta que la muerte nos separe", y como tal, ese ejemplo siempre lo tuve; no creo en el matrimonio.

Ese afán que siempre ha tenido la comunidad LGBTTTIQ por encajar a fuerza en la sociedad heterosexual a un grado de parecer una copia barata del mismo me parece enfermizo, si bien para los heteros el matrimonio en un 90% ha sido un mal necesario (y fallido) nada garantiza que del otro lado funcione mejor. Si en los terrenos de lo legal, donde se supone que se cobija al ser humano muy independientemente de su sexo - genérico fuera real, no se necesitarían hacer leyes para validar esas mismas leyes, lo cual confirma que el ciudadano común es en su mayoría complicado, voluble y estúpido.

¿Quién desea casarse en estos tiempos? Pues bien, las y los trans no están tan exentos de la cursilería que implica el enamoramiento, al grado de estrangularlo con el compromiso del matrimonio. Esto sin dudarlo viene de la carencia de amor y la poca aceptación que se tiene uno mismo cuando va descubriendo que se tienen gustos diferentes, es ahí donde surgen tantas dudas existenciales, e incluso sexuales, donde te cuestionas si enamorarte de alguien de tu propio sexo es lo correcto sintiéndote tu del otro sexo.

Las carencias de amor en la gente Trans se despegan como cohetes y se afirman por la poca compresión de los demás. No es para dudar que cualquiera se termine enamorando de un cualquiera, y a su vez se quieran estrangular con el compromiso del matrimonio. Esta hipótesis no es tan alejada de la gente normal y heterosexual; si la mayoría hubiéramos crecido en un ambiente de amor y cariño sin duda no necesitaríamos de otros para ser feliz.

Que sean pocas las parejas y las personas que duran en una relación solo nos dice que la unión no está hecha para todos, que ello requiera más que lo legal para hacerlo válido y sustentable es porque no cualquiera lo realiza con éxito. El verdadero matrimonio legal está más sustentado y creado a manera de interés social y económico que la típica historia de amor barato que nos han querido vender. Existen casos donde han heredado fortunas y bienes a personas ajenas y han procedido, así que lo legal es una manera más de sacar provecho del llamado "dinero rosa".

Legalmente no necesito decir:  "¡Te amo!" para que eso se vuelva válido, pero hay que gritárselo al mundo en un documento, un banquete o de alguna manera más fácil como Facebook. En este 2017 hay que ser la envidia de los demás.

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